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FAQ's

El Proyecto Cobre San Rafael es una continuidad de la actividad minera de cobre que estuvo activa entre 1973 y 1986 en la mina de Touro. Desde el año 1986 y hasta la actualidad, la empresa gallega Explotaciones Gallegas, del Grupo Francisco Gómez, ha mantenido activa esta concesión de explotación para la obtención de áridos. Para poner en valor el mineral de cobre presente en su concesión minera, la empresa gallega ha llegado a un acuerdo con un socio especialista en minería metálica, Atalaya Mining, empresa española que aportará la tecnología y el know-how necesarios para el éxito de esta iniciativa. El acuerdo entre Grupo Francisco Gómez y Atalaya se basa en el desarrollo conjunto de la iniciativa empresarial de forma que, a medida que se cumplan una serie de hitos, Atalaya tendrá una participación cada vez mayor en el proyecto a fin de garantizar su solvencia económica, técnica y medioambiental. Ambas partes estarán presentes desde el principio del proyecto hasta el cierre y clausura.

Explotaciones Gallegas S.L. es una compañía perteneciente al grupo Francisco Gómez y Cia, S.L. Estas son hoy las empresas continuadoras de una tradición en el sector de la construcción y las obras públicas de más de un siglo. Sus principales ámbitos de actuación son la obra pública y privada, minería de áridos, concesiones, servicios de conservación, reciclaje y restauración de espacios degradados. Su sede está ubicada en las antiguas minas de Riotinto Patiño, terrenos de los que es titular y que están enmarcados en los Ayuntamientos de Touro y O Pino, en la provincia de A Coruña. 

Atalaya Mining es una empresa productora de cobre con sede en España y que tiene en la mina de Riotinto, en Huelva, su principal activo. Cotizada en la Bolsa de Londres (AIM), sus principales accionistas son Urion Holdings (22%), Cobas Asset Management (14%),  Ithaki (6%) y multitud de pequeños inversores. El liderazgo de la compañía está en manos de ejecutivos españoles, dirigidos por el consejero delegado, Alberto Lavandeira, con una experiencia contrastada en el diseño, desarrollo y operación de cinco minas. Estas operaciones de oro, cobre y níquel, fueron puestas en marcha desde cero y a día de hoy continúan su actividad; entre otras, destacan las minas que se han construido recientemente en España: El Valle/Boinás en Asturias, Carlés (Asturias), Aguablanca (Badajoz) y Riotinto (Huelva) además de otros proyectos como Tasiast en Mauritania y Mutanda en RDC. 

El Proyecto Cobre San Rafael se basa en la explotación del yacimiento del mismo nombre que está situado en el Monte de las Minas entre los ayuntamientos de O Pino y Touro (A Coruña). Se trata de una zona minera activa desde el siglo XIX que fue explotada como mina de cobre entre 1973 y 1986 por Riotinto Patiño. Desde entonces y hasta la actualidad, ha sido utilizada por la empresa Explotaciones Gallegas para la obtención de áridos. Este yacimiento está compuesto por una banda con riqueza variable de mineral de cobre, que en la zona de Touro y O Pino se encuentra a poca profundidad.

Cobre San Rafael ha realizado investigación geológica, pruebas metalúrgicas y estudiado alternativas según los estándares aceptados por los mercados internacionales. Los análisis han confirmado los estudios realizados por diferentes empresas con anterioridad. El tamaño del yacimiento potencialmente explotable está absolutamente probado (en base a más de 100 kilómetros de sondeos de exploración) y se ha estimado entre 90 a 120 millones de toneladas (dependiendo del precio del cobre). Aún así, el tonelaje del yacimiento tiene posibilidades de aumentar con investigación adicional.

El mineral de cobre que se extraerá en el Proyecto Cobre San Rafael es exclusivamente calcopirita (sulfuro de hierro y cobre) que se encuentra finamente diseminado en bandas semihorizontales dentro de una roca volcánica (básica, dura y absolutamente inerte). Alrededor del mineral de cobre también aparecen sulfuros de hierro (pirita).

La explotación del mineral se realizará con el uso de explosivos de forma similar al de una cantera de árido. Posteriormente, el mineral volado se somete a trituración, seguido de una molienda mezclada con agua. Después, esta mezcla de mineral y agua pasa a un proceso de flotación que separa los granos de sulfuros de cobre de los demás que no tienen interés económico. Este proceso es parecido al de una lavadora donde se añade un espumante y un colector superficial, con el que se consigue que la partícula de cobre se pegue a las burbujas de aire y flote, separándolos de los residuos estériles que se encontrarían en el fondo.

Los productos de flotación utilizados son biodegradables, no tóxicos, y probados desde hace más de 150 años. En Galicia, se han utilizado, por ejemplo, durante más de 15 años en la mina de Rubiais (O Cebreiro) hasta su cierre y también en la misma mina de Touro.

  • El material sobrante de la mina, que llamamos estéril, no contiene productos tóxicos ni peligrosos. No obstante, se realiza un tratamiento adecuado del mismo, conforme a la legislación y las mejores prácticas del sector.
  • Los estériles de planta se colocan en un depósito impermeabilizado, que se sella y restaura al clausurar la operación. Parte de los estériles van a rellenar huecos mineros, impermeabilizados y, finalmente, sellados y restaurados.
  • Este método se conoce como minería de transferencia, que minimiza la afección al medio natural, facilitando la reintegración paisajística y asegurando una restauración ambiental sostenible y paralela en el tiempo a la operación.
  • El Proyecto Cobre San Rafael establece un Sistema de Gestión que asegura el manejo correcto de todas las aguas del proyecto, tanto subterráneas (a través de las impermeabilizaciones) como superficiales (con las canalizaciones y el tratamiento de las aguas). La aplicación de este sistema, dentro de las mejores prácticas del sector y la estricta legislación vigente, evita cualquier afección al medio natural.
  • El proceso minero reutiliza las aguas en un circuito cerrado que cuenta con una planta de tratamiento de aguas, por lo que el consumo de agua fresca es mínimo.
  • Cobre San Rafael tiene el compromiso de garantizar a los vecinos el acceso a agua de mejor o igual calidad en relación a la que disponen actualmente, en caso de que el desarrollo de la actividad les afectase.
  • Cobre San Rafael ha realizado análisis ambientales desde 2016 en las aguas superficiales y subterráneas de todo el Proyecto, estableciendo así un control exhaustivo de todos los parámetros ambientales.
  • Durante el último año, previo a la presentación del Proyecto, Cobre San Rafael ha realizado un ambicioso programa de recuperación de los antiguos pasivos mineros, centrándose en las aguas. Los cambios en los regatos y ríos del entorno son visibles, desapareciendo los antiguos drenajes ácidos y recuperando la vida.
  • Cobre San Rafael ha colaborado con el Grupo de Ingeniería del Agua de la Universidad de Coruña. El CSIC ha realizado un extenso estudio de la zona de la mina, los regatos tributarios, el río Ulla, y la ría de Arousa, determinando que la antigua mina no tiene influencia en la calidad de las aguas actuales en la zona de la ría de Arousa.
  • El Proyecto garantiza que el medioambiente y la calidad de las aguas de su entorno no serán afectados. Es más, supone una oportunidad para mejorar las condiciones actuales, fruto de épocas en las que no había normativa ambiental o la que había era menos estricta.
  • El desarrollo de las labores de explotación mantiene distancias de seguridad a los puntos habitados próximos según indica la ley, por lo que evitará molestias y afecciones a las personas, animales y cultivos del entorno.
  • Ni los minerales extraídos, que ya están presentes de manera natural en el terreno, ni los productos utilizados en el proceso industrial contienen sustancias peligrosas. En cualquier caso, tanto minerales como aditivos permanecen en un circuito cerrado y confinados en medios donde no pueden afectar a aguas, terrenos, personas o animales.

La ganadería y la minería son actividades perfectamente compatibles y en ningún caso excluyentes. Concretamente en la provincia de A Coruña hay dos claros ejemplos de esto: las minas de Lignitos de Meirama y As Pontes de García Rodríguez, en los que ganadería y minería han coexistido en el mismo entorno.

Hay que tener en cuenta que el nuevo proyecto engloba alrededor de 800 ha, contando con el antiguo depósito de estériles, que únicamente se recuperará. Sin embargo, la mina histórica contaba con aproximadamente 500 ha. 

La afección de terrenos, que actualmente están dedicados a usos que no son forestales, es mínima. El proyecto ocupa 691 ha, de las que Cobre San Rafael tendrá que adquirir 361,11 ha. De estas 361,11 ha, el 85,5% (306 ha) son de masa forestal, monte alto y monte bajo. Del resto de hectáreas, 18 pertenecen a labradío, 20 a prados y 16 a caminos.

En un contexto como el gallego, no hay ningún indicio que permita pensar en una afección negativa de la mina sobre la agricultura o ganadería locales. En primer lugar, no hay una competencia por los recursos hídricos, humanos o de infraestructuras entre los dos negocios, ya que todos son abundantes o excedentarios en la zona de Touro – O Pino. Es más, la activación del proyecto puede significar mejoras en las condiciones de las aguas del entorno, la capacitación profesional de sus habitantes y las infraestructuras de la comarca. Existen muchos casos en el mundo de minas cuya puesta en marcha viene acompañada de una mejora en la producción agrícola y ganadera. En segundo lugar, la gestión ambiental de Touro estará, como no puede ser de otra manera, en línea con la legislación actual, común en Europa, y de las más restrictivas en el mundo. Esto asegura que su actividad no afectará fuera de la huella del proyecto minero. Ello teniendo en cuenta que, en comparación con la ocupación del territorio que hace la industria agropecuaria, la minería ocupa un porcentaje mínimo. 

Dentro de su política de Responsabilidad, la mina de Touro quiere mantener un diálogo constante con otros sectores productivos de su entorno, buscando cómo mejorar su desempeño y tendiendo puentes a la colaboración intersectorial. Particularmente, en lo que respecta al futuro cierre de la explotación, cuya restauración ambiental supone una oportunidad de reintegrar a la naturaleza los espacios utilizados por la minería de manera limpia, segura y con potencial para su reutilización en proyectos de desarrollo agroindustrial.

La mina de Touro está situada a tres kilómetros y medio del paso del Camino de Santiago. Localmente el impacto visual será mínimo y totalmente nulo desde el Camino de Santiago debido a la topografía. Por tanto, el proyecto minero no afecta de forma directa al Camino de Santiago ni a su ámbito de respeto, habiéndose tenido en cuenta el mismo tanto en el diseño del proyecto como de los accesos.

La inversión va a superar los 200 millones de euros. De estos, el 80% es local o regional, exceptuando equipamiento muy especializado. Incluye las fases de exploración, diseño de proyecto, permisos y construcción de la planta de beneficio de mineral, además de las instalaciones e infraestructuras asociadas. Según los estudios, se prevé que los costes operativos se sitúen alrededor de los 100 millones de euros al año.

Los puestos de trabajo directos creados estarán entorno a los 400, con picos importantes durante la construcción y puesta en marcha. A estas cifras, habría que añadir los puestos indirectos de las contratas principales y los puestos inducidos, estimando el total en 1600 puestos de trabajo totales. Hay que destacar que la mayor parte de este empleo lo disfrutarán personas del entorno más cercano. Más aún teniendo en cuenta que se trata de una zona tradicionalmente minera, por lo que nos encontramos en una parte alta de la curva de aprendizaje. Asimismo, existe un compromiso expreso de dar preferencia tanto a personas como a proveedores locales a la hora de contratar, siempre que cumplan con los criterios y necesidades del Proyecto y oferten dentro de las condiciones de mercado.

Antes de llegar a tener una explotación operativa, el proyecto pasará por una fase de desarrollo de 18 meses en la que se construirán las instalaciones mineras y la infraestructura necesaria para el posterior funcionamiento. Una vez ya esté la explotación abierta, el proyecto en operación tiene en principio al menos 13 años de duración en base a las reservas actualmente conocidas, con el objetivo de producir unas 30.000 a 35.000 toneladas de cobre anuales. Finalmente, después de la explotación de la mina, se realizará la clausura y cierre de las instalaciones mediante un desmantelamiento y, durante unos 2 años, se llevará a cabo un proceso de restauración y vigilancia. 

El Proyecto Cobre San Rafael se divide en dos fases. La primera tendrá una duración aproximada de 18 meses (mínimo 15 meses) desde el permiso de construcción. Durante esta primera fase, se desarrollarán las instalaciones necesarias para iniciar las labores de explotación y producción de cobre. La segunda fase de construcción, que se llevará a cabo durante el tercer año y de forma simultánea a la producción normal, tendrá una duración de 8 meses (mínimo 6 meses). Con esta segunda fase, se incrementará la capacidad de tratamiento de 5 a 8 M T de mineral tratado.

Existen 5 puntos claves en la repercusión socioeconómica de la reapertura de la actividad de la mina de Touro:

  • Aproximadamente, se crearán 400 puestos de trabajo directos al año, mayoritariamente locales. De forma inducida, también habrá repercusión local y regional destacable, que se estima en un total de 1600 empleos.

  • Durante los primeros 18 meses, aproximadamente el 80% de la inversión necesaria para la explotación minera será local y regional, salvo los equipos muy especializados.

  • Los costes anuales operativos del orden de unos 100 millones de euros durante 15 años serán mayoritariamente en la comunidad gallega y a nivel local.

  • Se estima que se realizarán exportaciones desde los puertos gallegos de aproximadamente 100.000 toneladas de concentrado de cobre al año.

Una vez que finalice la explotación de la mina, se llevara a cabo un proyecto de cierre y clausura. Los terrenos recuperarán una morfología natural, quedando limpios y seguros, con un potencial importante para desarrollar proyectos de puesta en valor, representando una auténtica oportunidad de futuro para el entorno.

El proyecto de restauración incluye el desmantelamiento de las instalaciones industriales, la rehabilitación final de los espacios que no han sido restaurados durante la fase de explotación y, finalmente, el control y la vigilancia de los espacios recuperados. La mina de Touro cuenta ya con un proyecto de restauración detallado y comprometido que se llevará a cabo en paralelo con la fase de aprovechamiento de la mina. El objetivo es la mejora ambiental de las zonas de trabajo, en beneficio de la población de la zona, a través de la reforestación con bosque autóctono, así como la creación de zonas de pradera y de hábitats favorables para especies amenazadas. El destino final de los terrenos se estudiará en su debido momento en función de las circunstancias y posibilidades.

TERRAS es el plan de Responsabilidad Social de Cobre San Rafael. Se trata de una iniciativa de compromiso con la promoción y transmisión de valores de conciencia social y con el entorno y la comunidad gallega, que nace de la escucha activa de los grupos de interés de Cobre San Rafael, y de la cocreación con diferentes agentes, entidades y expertos acreditados de ámbitos educativos, sociales y empresariales.

Las actuaciones que se enmarcan dentro de este plan están dirigidas a la sociedad gallega en general, a los sectores vinculados al Río Ulla, a los colectivos en riesgo de exclusión social de Arzúa y Santiago, y a los vecinos y vecinas de Touro y O Pino.

TERRAS abarca cinco ámbitos de actuación, cada uno de ellos cuenta con una serie de actividades y acciones específicas. Relacionados con la puesta en valor del río Ulla está TERRAS do Ulla; con el respeto por el Camino, TERRAS del Camino; para el desarrollo socioeconómico de la comarca, TERRAS do Futuro; por la seguridad y la salud, TERRAS de Vida, y, para las acciones de carácter social, TERRAS da Xente.

Las siglas de TERRAS hacen referencia a Transparencia, Ética y Responsabilidad Real Ambiental y Social, que se encuentran explícitas en las áreas de interés del proyecto, que son: medio ambiente, sociedad y desarrollo; por las que la empresa trabaja día tras día.

Con TERRAS, Cobre San Rafael adquiere el compromiso de explicar anualmente a sus grupos de interés y a la sociedad gallega los logros conseguidos y reevaluar con ellos los siguientes pasos a dar.

TERRAS DO ULLA: Cobre San Rafael apuesta por un uso sostenible del agua y su cuidado, particularmente en una comarca vertebrada por la presencia del Río Ulla. Una de las iniciativas que se llevará a cabo es la creación de un Observatorio por la Conservación de las Aguas del Ulla, con el objetivo de realizar un seguimiento de la información disponible en materia de calidad y conservación del Ulla.

TERRAS DEL CAMINO: Cobre San Rafael valora el Camino de Santiago no solo como parte de la idiosincrasia de la comarca, sino como un activo clave que tiene el potencial de añadir mayor valor a la comunidad. Por ello, se propone la creación de una Mesa por la Valorización de la Historia del Camino y la Minería.

TERRAS DO FUTURO: Cobre San Rafael está comprometido con la sostenibilidad de los flujos económicos y el bienestar de los habitantes de la comarca durante y después de la actividad minera. Por ello, se creará un Plan Estratégico Touro – O Pino (PETOP), para promover el impulso socioeconómico de los municipios, que recoja los retos para que se conviertan en lugares atractivos para invertir y vivir.

TERRAS DA XENTE: Cobre San Rafael es consciente de su responsabilidad como actor productivo en la zona y quiere participar en aquellas actividades de carácter social como parte de su compromiso con el entorno y la población. En este sentido, se elaborará un Programa Anual de Patrocinios y Colaboraciones de TERRAS de Cobre San Rafael.

TERRAS DE VIDA: Cobre San Rafael tiene un compromiso con la excelencia en materia ambiental de salud y de seguridad, realizando sus actividades dentro de los mejores estándares en estos ámbitos. TERRAS pretende poner en manos de las partes interesadas información suficiente sobre los indicadores ambientales relacionados con la actividad minera. De esta manera, buscará marcos de participación, colaboración y compromiso en materia ambiental, de salud y de seguridad con la participación en foros y una Mesa observatorio sobre salud y seguridad en Touro y O Pino.